«La polisemia del lenguaje constituye el combustible del pensamiento». - Eugenio Trias
Según la empresa internacional Education First, existen más de 6.900 idiomas oficiales diferentes en todo el mundo. El árabe es el quinto idioma más utilizado de todos, tan solo por detrás del inglés, el español, el chino y el francés. Su presencia es tan relevante que parece natural que haya impregnado de algún u otro modo idiomas internacionales como el español.
De hecho, en nuestro idioma podemos observar la huella de distintas lenguas. Además, si tenemos en cuenta la historia de nuestro país, no es de extrañar que el árabe sea uno de los que más nos ha influido.
Si estás estudiando árabe, seguramente te resulte interesante sumergirte en nuestro propio diccionario y en la fonética para desentrañar los misterios lingüísticos de todas aquellas palabras que incorporamos procedentes de la lengua de Alá.
Seguro que te llevas más de una sorpresa con tus descubrimientos. Hasta algunas de las palabras más comunes en nuestro día a día son de origen árabe. La lingüística está llena de tesoros escondidos para quien no los quiere ver.
¿Estás preparad@ para conocer los grandes símbolos del mundo árabe?
La breve historia de las palabras de origen árabe
Jirafa, café, diván, alfombra… Muchas palabras de nuestro día a día no son más que términos «prestados» de la lengua árabe. De hecho, estas palabras reciben un nombre en lingüística: «préstamos».

El mundo árabe ha servido de base a una gran parte de la etimología de las palabras de nuestro vocabulario. Quizás el significado de algunas haya cambiado con el paso de los años, pero la raíz se sigue manteniendo.
Para ser más precisos, según el filólogo español Rafael Lapesa, más de 4.000 palabras de nuestro léxico (incluidos los topónimos) provienen del árabe.
De este modo, quizá nos podamos plantear la siguiente pregunta: ¿cómo ha podido un idioma imponerse de tal manera sobre nuestra lengua? ¿Cómo han conseguido algunas palabras mantener su significado a pesar de sus cambios fonéticos?
Pues bien, para responder a esta pregunta no tenemos más que hacer un breve viaje en el tiempo y darnos cuenta de que España vivió durante muchos años bajo la dominación musulmana, con lo que la influencia del mozárabe y el árabe, así como de sus variantes dialectales, terminaron siendo palpables en el español peninsular. Aunque la influencia fue todavía mayor en el sur y este, que era el territorio que dominaban los árabes: al-Ándals. La conquista árabe-musulmana de la península empezó a través del Emirato de Córdoba y el Califato de Córdoba. En estos, la lengua dominante era el árabe.
Además, a nivel mundial, en el siglo VII, el árabe era un idioma de alcance global y seguía extendiéndose gracias a la expansión de la civilización islámica. El mundo árabe supo desarrollar una fonética y una etimología tan fuertes que lograron asentarse en muchos aspectos diferentes de nuestro vocabulario.
La cultura araboparlante dominó lingüísticamente todo Occidente hasta el siglo XIII. Con el paso de los años, la colonización, las migraciones y las relaciones comerciales crearon un flujo constante de idiomas que desembocaron en un trasvase de términos de origen árabe.

Por otro lado, la literatura también desempeñó un papel esencial en la integración del árabe en nuestro idioma. De hecho, aunque las teorías filosóficas de Platón llegaron a nosotros a través de autores latinos, la filosofía de Aristóteles vino de la mano de pensadores y traductores árabes.
Gracias a toda esta evolución, hoy en día podemos acercarnos un poco más al árabe a través de nuestro propio idioma, a pesar de que la fonética haya cambiado desde sus orígenes.
De hecho, algunas de las palabras de origen árabe que forman parte de nuestro vocabulario son el doble de frecuentes que otras muchas de origen latino.
En español, encontramos unos 4.000 arabismos, que suponen en torno a un 8 % del vocabulario total del castellano.
¿Te harías un tatuaje de estilo árabe? Quizás con una frase o palabra en esta bella caligrafía.
Palabras árabes en el día a día
Quizás no nos demos cuenta, pero lo cierto es que una gran parte del léxico que utilizamos en nuestro día a día proviene del mundo árabe.
Nuestra historia común ha hecho que la cultura árabe haya pasado a formar parte también de la nuestra propia, tal y como nos demuestra la etimología de las palabras.
Pongamos por caso un ejemplo muy sencillito. Una frase que podríamos decir en un día cualquiera: «¿Me serviría una taza de café sin azúcar con un zumo de naranja?». ¿Sabrías decir cuántas palabras de esa oración son de origen árabe? Pues nada más y nada menos que cuatro.

Tomemos estos términos como punto de partida para descubrir un poco más de cerca la etimología de nuestro léxico y, por extensión, el origen de las palabras:
- Taza: El origen de este término se remonta al siglo XII. Sin embargo, su uso corriente no llega hasta el siglo XIV. Proviene de la palabra árabe «tassah» y llegó hasta nosotros por la importación de cerámicas orientales que proveían de la región de Tyr. Estas vasijas dieron significado a la palabra que empezó a identificarse con los recipientes utilizados para bebidas como el té.
- Café: Esta bebida tan adorada por muchos españoles proviene (etimológica y semánticamente) del término «qahwah», que significaba «estimulante». Este vocablo se registró por primera vez en español en el siglo XVIII.
En el mundo árabe, designa los granos de café tostado y la bebida caliente que se preparaba en aquel entonces. Este producto llegó a Europa en el siglo XVII gracias a los mercaderes venecianos, y a raíz de esto se expandió el término por todo el continente (de ahí que usemos esta palabra en varios idiomas: coffee, café, kaffee…).
A modo de anécdota, te contamos también que existe otra teoría con respecto al origen de esta palabra. Para algunos geógrafos, el término «café» viene dado por el nombre de una antigua provincia de Etiopía, «Kaffa», que debía su nombre, según decían al término árabe «qahwah». ¿Qué crees que vino primero? - Azúcar: A finales del siglo XII apareció la locución italiana zucchero. Este término proviene de la palabra árabe «sukkar», que a su vez deriva del sánscrito. Cada versión, cada diminutivo y cada significado se remonta a siglos atrás. El mundo árabe expandió el término «azúcar» por todo el mundo al prestarlo a lenguas europeas como la nuestra; de ahí sus variantes: «sucre» en francés, «sugar» en inglés, etc.
Pfeifer, un lingüista germano, explica también que tomamos prestado de los árabes y del mundo árabe la cultura de la caña de Azúcar en regiones como Andalucía, Egipto o Sicilia. - Naranja: La primera mención a este término se remonta al siglo XIII. En sus orígenes, la «naranja» era una fruta de China, extendida por el resto del mundo gracias a navegantes portugueses a finales del siglo XV.
Lo curioso de todo esto es que, en el mundo árabe, la locución «naranja» significa… ¡Portugal!
Este término vivió una evolución un tanto rocambolesca hasta llegar a nuestro vocabulario. Durante varios siglos, la palabra «naranja» siguió varios caminos (y definiciones) hasta naturalizarse e integrarse en español.
Tras dar lugar a palabras como «arancia» en italiano, «orange» en francés o «laranja» en portugués, es término se utilizaba para designar únicamente las naranjas dulces. Como ves, la escritura árabe tiene una riqueza etimológica insospechada.

Más allá de este léxico (al que le podríamos añadir otras palabras como sirope, almacén, jinete), el árabe es una fuente inagotable de términos propios de distintos ámbitos del idioma. Lo encontramos en:
Juegos
- azar
- raqueta
- ajedrez
Música
- guitarra
- timbal
Matemáticas
- cifra
- cero
- álgebra
- algoritmo
- guarismo
Guerra
- alcaide
- alférez
- arsenal
- asesino
- cid
- mameluco
Topónimos
- Albacete
- Alcolea
- Algarve
- Almería
- Alpujarras
- Andalucía
- Badajoz
- Guadalquivir
- Mulhacén
- Tarifa
Jardinería y horticultura
- albahaca
- alheli
- jazmín
- azucena
- amapola
- albaricoque
- sandía
- toronja
Agricultura
- zanja
- noria
- acequia
- aljibe
- acelga
- aceite
- alcachofa
- alcanfor
- algodón
- alubia
- cúrcuma
- retama
- alberca
Economía y comercio
- alcaicería
- alhóndiga
- tarifa
- arancel
- quinta
- arroba
- dársena
Arquitectura y mobiliario
- alarife
- adobe
- azulejo
- alacena
- alcoba
- alféizar
- alcantarilla
- azotea
Vestimenta y lujo
- albornoz
- gabán
- alpargatas
- cenefa
Medicina
- alambique
- alcohol
- alquimia
- elixir
- jaqueca
- jarabe
- talco
- nuca
Astronomía
- almanaque
- cenit
- auge
- nadir
Física
- arroba
- calibre
- quilate
- fanega
- tahúlla
Entre esta multitud de términos que tienen su origen etimológico en el mundo árabe, algunas palabras pasan más desapercibidas que otras.
Resulta asombroso cómo una lengua con una riqueza etimológica y fonética tan peculiar ha logrado dejar huella con su léxico en otros idiomas, como el nuestro. Tanto es así que muchas palabras de origen árabe se han convertido en vocablos de lo más comunes en español.
Te animamos a que aproveches esta influencia en nuestro idioma para aprender árabe descubriendo palabras día a día, examinando las raíces de cada término de origen árabe utilizado en español.
Si quieres seguir curioseando y descubriendo el origen de muchas palabras, te recomendamos que te hagas con un buen diccionario etimológico. ¡Te asombrará lo que puedes averiguar!
Además de las huellas en nuestro idioma, el mundo árabe nos ha dejado muchos monumentos.
Palabras procedentes del árabe que no sospecharíamos que lo son
Sabemos que muchas de las palabras de origen árabe que encontramos en nuestro idioma tienen una serie de características comunes, como el inicio «al-» que encontramos en: almohada, Albacete, Algarve, Algeciras, Almería, alforja, alcalde, almacén, alcohol…

De este modo, encontramos influencia del árabe en otros sufijos y prefijos como:
- Además del prefijo al-, se añadió el prefijo a-:
- aceite
- aceituna
- azafrán
- azúcar
- arrecife
- A nivel de sufijos, se añadió el sufijo -í a algunos adjetivos, sobre todo, en gentilicios procedentes del mundo árabe o musulmán:
- andalusí
- pakistaní
- iraní
- marroquí
- ceutí
No obstante, hay otros muchos vocablos que jamás habrías imaginado que son de origen árabe. ¡Verás qué sorpresa!
- Fideo y fideuá: Una palabra tan común como «fideo» es de origen árabe. El vocablo árabe-hispano fidaws nos dio tanto la palabra «fideo» como el término «fideuá» (para designar al plato valenciano parecido a la paella pero cocinado con una base de fideos en lugar de arroz). La raíz del verbo árabe que compone esta palabra, fadan, signfica «desbordar» o «sobresalir». Si lo piensas, tiene cierto sentido, porque la pasta crece y «sobresale» cuando la ponemos a cocer en una olla.
- Jabalí: este término proviene del árabe «gabali», que significa «montaraz». Se utiliza para hacer referencia a todos aquellos mamíferos que emiten ronquidos, como es el caso de los cerdos. Es más, el término «gabali» viene a su vez de «al-gabal», que significa montaña. Así, en Al-Andalus se utilizaba el término «jabalí» para hablar de un «cerdo de montaña».
- Limón: si bien este fruto proviene de la India, cuando los árabes conquistaron Persia, lo denominaron «leimun». Más adelante, trajeron este cítrico a España y, con él, su nombre, que fue evolucionando hasta dejarnos el actual «limón».
- Noria: ¿alguna vez te habrías imaginado que la palabra «noria» podría ser de origen árabe? Pues bien, esta palabra deriva del término «na’urah», que significa crujir, en referencia al ruido que hace esta construcción. Esta es una de las muchas máquinas que trajeron los árabes a Europa, de ahí que nos dejasen también su manera de denominarla.
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Estos son cuatro ejemplos de entre otros muchos.

La influencia morfológica del árabe
Como hemos dicho, el árabe dejó numerosas influencias morfológicas en nuestra lengua. Estas influencias las agruparemos en tres grupos para poder estudiarlas con mayor claridad:
Arabismos que adoptan el artículo original
Este tipo de arabismos se reconocen en su mayoría por comenzar por los prefijos «-al» y «-a». Se debe a que se toman de la forma árabe con su artículo determinado original (/al-/):
- Aceituna: del árabe hispánico /azzayt?n/ (procedente del árabe clásico /zayt?n/, y este del arameo /zaytuun/, un diminutivo de /zayt?/);
- alacena, del árabe hispánico /al?az?na/ (procedente del árabe clásico /?iz?nah/);
- albahaca, del árabe hispánico /al?ab?qa/ (procedente del árabe clásico /?abaqah/);
- alcalde, del árabe hispánico /alq??i/ (procedente del árabe clásico /q???/, «juez»);
- álgebra, del latín tardío /alg?bra/ (procedente del árabe clásico /al?abru (walmuq?balah)/, «la reducción (y el cotejo)»);
- almohada, del árabe hispánico /almu??dda/ (procedente del árabe clásico /mi?addah/);
- arroz, del árabe hispánico /arr?wz/ (procedente del árabe clásico /ruz[z]/, y este del griego ?????);
- azafrán, del árabe hispánico /azza‘far?n/ (procedente del árabe clásico /za‘far?n/).
En El Quijote de la Mancha, Don Quijote le da a Sancho Panza una pequen?a leccio?n sobre arabismos: «Este nombre, albogues —le dice— es morisco, como lo son todos aquellos que en nuestra lengua castellana comienzan en al, conviene a saber almohaza, almorzar, alhombra, alguacil, alhucema, almace?n, alcanci?a y otros semejantes, que deben de ser pocos ma?s».
Sin embargo, Don Quijote estaba algo errado: por ejemplo, «alba» y «alma» no son palabras moriscas (al igual que otras que empiezan por al-), ni son «pocos más».
Arabismos que empiezan por la raíz «Guad-»
Sin duda, esta es una de las raíces más fáciles de identificar. Por lo general, se trata de topónimos cuya raíz procede del árabe clásico ???, /w?d/, «valle» o «río», como por ejemplo:
- Guadalquivir, del árabe hispánico /wad alkab?r/, «río grande»;
- Guadiana, del árabe /w?d/ y el latín ana («pato»), «río de patos»;
- Guadalajara, del árabe hispánico /w?d al?a?ara/, «valle de los castillos», «valle de las fortalezas» o «río de piedras»;
- Guadalhorce, del árabe /w?d aljurs/, «río de los silenciosos» o «río de la guardia».
Arabismos sin rasgos identificativos tan evidentes
En cambio, otros términos no presentan un patrón que permita adivinar su origen, como es el caso de:
- asesino, del árabe clásico /?ašš?š?n/ («adictos al cáñamo indio»);
- gazpacho, del árabe hispánico /gazp??u/ (procedente del griego ????????????, «cepillo de la iglesia», por su variado contenido);
- guitarra, del árabe /q???rah/ (procedente del arameo /qip?r?/, del griego ??????, «cítara»);
- medina, del árabe hispánico /mad?na/ (procedente del árabe clásico /mad?nah/, «ciudad»);
- ojalá, del árabe hispánico /in š?' all?h/, «si Dios quiere»;
- tarea, del árabe hispánico /?ar??a/ (procedente del árabe clásico /?ar??a/, «echar»);
- zanahoria, del árabe hispánico /safunn?rya/ (procedente del griego ????????? ?????, «zanahoria silvestre»).

¿Falsos amigos en árabe?
Como en todas las lenguas, hay ciertos términos que pueden llevar al error puesto que aunque las palabras sean iguales o parecidas a nivel gráfico o fonético, no tienen el mismo significado, es decir, entre el árabe y el español también encontramos falsos amigos.
A modo de resumen, te dejamos la siguiente tabla para que puedas ver las diferencias con claridad:
ARABISMO | ¿Qué significa en español? | ¿Cuál es su origen árabe? |
---|---|---|
Alcalde | Persona que preside un ayuntamiento y es la máxima autoridad gubernativa en el municipio. | Juez (al-qadi) |
Alfil | Mamífero paquidermo de gran tamaño, el mayor de los terrestres, con la piel de color gris oscuro, gruesa, rugosa y sin pelo, grandes orejas colgantes, larga trompa prensil, cuatro extremidades gruesas y casi cilíndricas, cola larga, y dos colmillos muy largos de punta cónica; se alimenta de vegetales, y vive en diversos hábitats de Asia y África. | Elefante (al-fil) |
Alhaja | Objeto de adorno o de uso, hecho de algún metal noble y a veces decorado con perlas o piedras preciosas. | Necesidad (al-harraqah) |
Alacena | Hueco de una pared en el que se disponen estantes a modo de armario. | Armario (al-jazanah) |
Alminar | Torre anexa a una mezquita desde donde el muecín o almuédano convoca a los fieles musulmanes para que acudan a la oración. | Faro (al-manarah) |
Azahar | Flor del naranjo, del limonero y del cidro; es de color blanco y muy aromática. | Rosa (al-zahr) |
Dársena | Parte resguardada artificialmente de las corrientes, en un puerto o en aguas navegables, para que las embarcaciones puedan fondear o cargar y descargar con comodidad. | Fábrica grande (dar as-sina'ah) |
Rambla | Cauce natural que forman las aguas cuando llueve, en especial cuando lo hace de forma torrencial y cerca de la costa. | Grano de arena, suelo arenoso (ramlah) |
Mezquino | Que es capaz de cometer acciones que pueden perjudicar a los demás o se comporta de manera despreciable y ruin. | Pobre (miskin) |
Zanja | Excavación larga y estrecha que se hace en la tierra con diversos fines, como echar los cimientos de un edificio, colocar tuberías, permitir que corra el agua, etc. | Callejuela (zanqah) |

Es cierto que, si hablar árabe puede parecer diametralmente distinto a hablar español, lo cierto es que hay un grandísimo número de palabras que comparten una raíz común. Eso no bastará para que lleguemos a ser bilingües, está claro, pero sí que nos servirá para tener un punto de partida.
Con un diccionario etimológico puedes examinar todas estas palabras y reflexionar sobre la evolución de los términos (semántica y fonéticamente) y su significado actual. ¿No te gustaría saber cómo hemos integrado en nuestra lengua palabras como «química», «masaje» o «marroquinería»?
En resumidas cuentas, hay muchas palabras que forman parte de nuestro día a día y que nunca imaginaríamos que tienen un origen etimológico árabe. Esto te servirá como motivación para aprender árabe.
Además, encontramos ciertos estudios que afirman que la estructura sintáctica del castellano recibió cierta influencia de la lengua árabe, donde se situaba primero el verbo y después, el sujeto. En el caso del castellano y del portugués, hay ciertas libertades para seguir dicho orden sintáctico en comparación con otras lenguas romances.
La lingüística y sus misterios… ¿Te animas a descubrirlos?
Otra opción para aprender árabe consiste en viajar por algunas de las ciudades más bonitas de Oriente Medio.