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«El selfie es una revolución como no hemos visto en siglos» - André Gunthert
Es un hecho, nuestra era se centra en la imagen. Gracias a las nuevas tecnologías y las redes sociales, ha llegado el momento no solo de la autopromoción y la puesta en escena de nosotros mismos, sino también de la preservación digital de recuerdos y momentos de la vida.
Según Le Figaro, ¡se toman más de mil selfies cada segundo en el mundo! Una cifra que nos hace pensar en la importancia de esta nueva práctica.
Hoy en día, hacemos una foto en todas las situaciones de la vida, más o menos bien. Tomamos diez, veinte, treinta selfies, porque nunca estamos satisfechos con la imagen que sacamos. Pero precisamente, ¿cómo es buen selfie? ¿Y cómo se pueden hacer?
¡Sigue nuestros consejos para hacer buenas fotos!
Técnica selfie: aprender a conocerse

El primer aspecto que hay que tener en cuenta a la hora de hacer un selfie es conocerte a ti mismo, conocer tus características, aprender a saber qué perspectiva adoptar para tener más a tu ventaja.
Porque, un selfie, más allá de ser una promoción narcisista, también es un pequeño aprendizaje de uno mismo, para comprender mejor tu cuerpo, tu rostro y tus expresiones. Un ejercicio que, aunque no parece difícil, en realidad es como un número de equilibrista, en el que no hay que caer, y está en conexión con la estima que uno tiene de sí mismo.
Por supuesto, no es un problema real, pero conocerse a uno mismo facilita en gran medida la tarea de hacernos selfies. Algunas preguntas que puedes hacerte son:
- ¿Cómo coloco la barbilla para parecer más atlético?
- ¿Qué tipo de luz me favorece?
- ¿Debería entrecerrar los ojos para parecer misterioso?
- ¿Qué diferencia hay entre mi selfie anterior y este?
- ¿El lugar en el que estoy es adecuado para hacer la foto?
- ¿Cómo puedo verme natural?
El selfie implica hacerse este tipo de preguntas, aunque aparentemente sean inútiles. Porque no solo se trata de ponernos en escena, sino de mostrar que sabemos cómo hacerlo, que hemos desarrollado cierta confianza en nosotros mismos, y que mostrarnos a los ojos del mundo (y a nuestros propios ojos) no es un problema.
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Porque, admitámoslo, el selfie suele tener como destino final las redes sociales. Por lo tanto, es esencial conocerse a sí mismo para fotografiar y tomar bellas imágenes, porque la idea suele ser mostrar tu mejor día, tu mejor perfil, tu mejor luz.
Con o sin trípode, con o sin disparador automático, este tipo de autorretrato no solo es el símbolo de una época, sino también de una introspección a ciertos niveles. Pensar que se es modelo durante la toma de fotos es un poco terapéutico, ¿no?
Por supuesto, todas estas preguntas son importantes cuando se trata de hacer un selfie, pero el material también influye en el éxito y la calidad de este tipo de foto.
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Tener el equipo adecuado para hacer un selfie

El material, ya sea una cámara profesional o un simple móvil, es decisivo en cuanto a la calidad y el resultado final del selfie. Además, indica el interés y la importancia que le otorgamos a la foto que vamos a hacer, a ese momento que estamos a punto de inmortalizar.
Parece obvio que una foto tuya de vacaciones junto al mar será más efectiva y más bonita tomada con una cámara digital que con un móvil lleno de arena. Pero no todos tienen la oportunidad o la suerte de poseer material de calidad, ¡y todo es posible para quien pone un poco de intención y corazón en ello!
Sin embargo, la idea no es comprar una cámara réflex por la única razón de que hará fotos más bonitas, sino que hay que trabajar al máximo el resultado. Piensa en coger una buena perspectiva, un buen fondo, un enfoque automático en el móvil, y la foto ya será más bonita y más agradable que una foto medio borrosa.
Y ¿por qué no te ayudas de accesorios? El palo selfie, por ejemplo, es una herramienta que puede ayudar a adoptar una mejor postura, lo cual deja más espacio para las expresiones naturales, ya que elimina la molestia de tener el brazo extendido.
Además, también podríamos mencionar los filtros y los programas de edición/montaje que, si tu cámara es de mala calidad, tienen como objetivo mejorar tus fotos, revivir los colores o aumentar el brillo de una foto. ¡Todo lo que necesitas para conseguir mejores fotos!
Por eso, pensar en el material, analizar cómo puede ayudarte y conocer estas herramientas son criterios esenciales para hacer buenos selfies. No olvidemos que esto es casi una técnica fotográfica en sí misma, ¡que podría casi requerir un profesor particular!
De hecho, aunque con una cámara híbrida probablemente podrás superarte a ti mismo, ten en cuenta que con un móvil podemos hacer instantáneas de buena calidad. Lo corrobora, por ejemplo, la existencia de objetivos fotográficos para móviles. Por lo tanto, es posible dar un efecto fisheye o de retrato a tu selfie, y, así, darle a tu foto un mejor efecto y un acabado óptimo.
En resumen, entre los accesorios más relevantes y útiles para hacer un buen selfie, encontramos:
- El famoso palo selfie,
- Filtros y programas de edición/montaje,
- Objetivos fotográficos para móviles,
- Pequeñas piezas para colocar detrás del móvil para mantenerlo más estable con los dedos,
- Un paño pequeño para limpiar el objetivo,
- Aplicaciones diversas para aplicar diferentes efectos en la cara,
- ¡Y muchos más!
Como ves, si te haces ayudar y haces todo lo posible por tenerlas todas contigo, es posible hacer un selfie de calidad con material que no es tan complicado de encontrar.
Echa un ojo también a nuestro artículo sobre los mejores videotutoriales sobre fotografía.
Consejo selfie: pensar en el propósito de la foto

«Debemos pensar en la fotografía, en su dimensión histórica, como el acceso de amplios sectores de la sociedad hacia una mayor visibilidad social» - Gisele Freund
El material es, por tanto, muy importante, y la imagen que tenemos de nosotros mismos también. Sin embargo, sin saber por qué has hecho la foto, con qué propósito decidiste hacer ese selfie, las cosas se complican un poco más.
Así, hacer un selfie implica, por supuesto, una meta. Este mismo objetivo puede ser diferente según la gente:
- Publicarlo en las redes sociales,
- Enviarlo a un amigo o a la familia,
- Guardarlo para uno mismo como recuerdo,
- Cambiar la foto de perfil en Facebook,
- Imprimirlo para recordar momentos de la vida de una manera concreta,
- Ver si estás bien peinado/a o maquillada (¡sí, sí!),
- ¡Y muchas otras razones!
Como ves, el selfie es más que solo una imagen; es una herramienta de vida, a veces incluso un aliado, cuando se trata de promover tu persona a los demás, pero también a uno mismo.
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También es importante optar por la luz natural y hacer un enfoque perfecto, para hacer fotos bonitas, donde la nitidez, incluso con el móvil, casi se confundiría con el trabajo de un fotógrafo profesional.
Tomar fotos de uno mismo implica un encuadre irreprochable, saber capturar el momento, una fuente perfecta de luz, un equipo fotográfico que evite coger una cámara réflex con el brazo extendido… En resumen, todo lo que indique que sabemos aprovechar nuestros recursos como lo haría una bloggera de moda.
¿Quieres utilizar tu selfie en las redes sociales y publicarlo, por ejemplo, en tu cuenta de Instagram? No dudes en usar los filtros de la aplicación o los que existen de forma anexa. También recuerda acompañarlo con un pie de foto agradable, gracioso e ingenioso, para que sea aún más divertido. ¡Es el uso más común que hacemos de los selfies, así que haz que sea entretenido!
Pero ¿cómo? En realidad, muchos selfies no tienen éxito por la simple razón de que la cara está cerrada, no lo suficientemente inclinada para que se vea bien. Adopta una postura animada y divertida, y conquistarás a tu público sin mucho esfuerzo.
Lo mismo pasa con los gestos, la actitud, la intención que se le da a la foto. Una foto tomada con una sonrisa es más atractiva que una donde el protagonista hace muecas. Una cara cerrada es instintivamente más desagradable que una cara alegre y risueña.
El selfie parece ser más que una tendencia, una verdadera práctica, que casi merecería tomar clases de fotografía.
Sonríe, ¡te están haciendo una foto!
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