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La lengua española está llena de entresijos y recovecos que pueden convertirse en auténticas trampas. En nuestro día a día, a menudo nos encontramos con expresiones mal escritas y con aberraciones ortográficas que hacen que cualquier texto se convierta en una barbaridad. Al fin y al cabo, entre el vocabulario, la conjugación de los verbos y la sintaxis, el español se puede convertir a veces en todo un rompecabezas.
De todos modos, debemos poner todos nuestros esfuerzos en escribir con propiedad, puesto que una buena redacción es como una buena carta de presentación que, sutil e inconscientemente, deja una buena impresión y da una buena imagen de nosotros.
Con el fin de ayudaros, hemos creado una lista con algunos de los errores gramaticales y ortográficos más comunes en nuestro idioma.
Descubre cómo mejorar tu escritura en español.
Palabras que se confunden
En español tenemos una larga lista de palabras que una gran parte de los usuarios confunde. Aquí recogemos unas cuantas:
- Como, cómo: el primero puede ser un adverbio de comparación, una conjunción o una conjugación del verbo “comer”, mientras que el segundo es un adverbio interrogativo o exclamativo.
-¡Cómo llueve!
-Bueno, no está lloviendo tanto como el otro día.
- Que, qué: el primero puede ser un relativo o una conjunción, mientras que el segundo es un pronombre interrogativo o exclamativo.
-¿Qué quieres?
-[Quiero] Que me digas qué está pasando.
- Porque, por que, por qué, porqué: la primera es una conjunción, la segunda es una secuencia resultado de la combinación de la preposición “por” y el pronombre relativo “que”, la tercera está compuesta por la preposición “por” y el pronombre interrogativo “qué” y el cuarto es un sustantivo que significa “causa, motivo o razón”.
-¿Por qué no quieres decirme el porqué de tu reacción?
-Porque no. Jamás sabrás el motivo por que reaccioné así.
- Si no, sino: la primera es la introducción de una oración condicional negativa, mientras que la segunda puede ser una conjunción adversativa o un sustantivo sinónimo de “destino”.
Si no me lo hubiese dicho no me habría alegrado, sino que me habría puesto triste.
- Haber, a ver (porque *aber, *aver, *haver y *aver NO existen): el primero puede ser un verbo o un sustantivo y la segunda es una construcción de la preposición “a” y el verbo “ver”.
A ver si va a haber una pelea con tanta tensión en el ambiente.
- ¡Ay!, ahí, hay: la primera es una interjección (como ¡Ah!), la segunda es un adverbio de lugar y la tercera es una conjugación del verbo “haber”.
¡Ay! Hay que ver como pincha ese cactus de ahí.
- Haya, allá y halla: la primera puede hacer referencia a un árbol o a la conjugación del verbo "haber", la segunda es un adverbio de lugar y la tercera es la conjugación del verbo "hallar" (encontrar).
Allá por fin hallaron un haya. Ojalá no les haya llevado mucho tiempo.
- Vaya, valla: la primera es la conjugación del verbo "ir", que también se usa como interjección (¡Vaya día más feo hace!) y la segunda es, según el Diccionario de la RAE, una “línea o término formado de estacas hincadas en el suelo o de tablas unidas, para cerrar algún sitio o señalarlo”.
¡Vaya valla más bonita!
Y un largo etcétera. Aquí solo mencionamos algunos ejemplos y damos unas pocas explicaciones, pero solo este apartado podría llevarnos varios artículos. Si querés aprender en profundidad, te recomendamos tomar cursos de literatura.
Recuerda que para mejorar, hay que practicar la escritura del español.
La coma de vocativo, esa gran olvidada
Muchos usuarios de las redes hacen caso omiso a las comas, pero a veces estas marcan la diferencia. Está claro que sus usos son muy variados, pero uno de los más olvidados es el de los vocativos, es decir, cuando se introducen pequeñas partículas con el fin de llamar o nombrar a alguien: ¡Juan, ven aquí! Oye, Sara, escúchame cuando te hablo.

Y si todavía tenéis dudas, recordad este titular, en el que la coma entre sujeto y verbo hizo que el significado de la frase cambiase por completo:

Algunos imperativos confusos
A veces dicen que los españoles mandamos mucho, y no es que lo hagamos más que la gente de otros países, sino que somos mucho más directos. Por eso, abusamos de los imperativos, pero lo malo es que en muchas ocasiones encima los usamos mal.
Por lo general, se tiende a usar el infinitivo en lugar del imperativo, pero no es una forma correcta, a no ser que añadamos la preposición “a”. En otras palabras, no podemos decir: “*¡Venir aquí ahora mismo!”, pero sí “¡Venga, a dormir todo el mundo!”.
¿Y cuántas veces habremos oído un “iros” como imperativo de “ir”? Pues no, nada de “*iros a tomar un helado”, si queréis enviar a alguien a algún sitio con propiedad y corrección, debéis decir: “Idos a tomar un helado”.
En este artículo, te damos algunos consejos para escribir mejor.
Mayúsculas innecesarias
Por influencia del inglés, lengua predominante en las redes, tendemos a abusar de las mayúsculas y a utilizarlas de manera incorrecta. Así ocurre cuando escribimos los meses del año y los días de la semana. En inglés se podrá decir “Friday” y “May”, pero en español no se usan esas mayúsculas, a no ser que estemos hablando de fechas históricas, festividades, nombres de edificios, etc.: Viernes Santo, plaza del Dos de Mayo, Hospital Doce de Octubre.
Gerundio de posterioridad
También por influencia del inglés, cada vez es más frecuente el uso del gerundio con sentido de posterioridad, sobre todo en el ámbito periodístico (“Hubo un accidente, *resultando heridas 5 personas”). Este uso resulta completamente incorrecto en nuestra lengua, puesto que, al fin y al cabo, el gerundio se utiliza para expresar simultaneidad.
¿Quieres saber cuál es el nivel ortográfico de los jóvenes españoles?
Errores de concordancia
Este tipo de errores, que ocurren cuando no concordamos adecuadamente el sujeto y el verbo de la oración, son muy comunes en el lenguaje hablado, pero también aparecen con frecuencia en textos escritos. Por eso, debemos tener cuidado con expresiones como “la mayoría de los estudiantes”, ya que el verbo ha de concordar con “la mayoría” (singular) y no con “los estudiantes” (plural); es decir, lo correcto sería: "La mayoría de los estudiantes acudió a la fiesta".
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Uso incorrecto de preposiciones
En esta categoría podríamos englobar una gran cantidad de errores frecuentes, desde aquellos derivados de influencias de otras lenguas hasta los más castizos.
¿Quién no ha oído a alguien hablar “bajo su punto de vista” o recordar “objetivos a tener en cuenta”? Cada lengua emplea unas preposiciones específicas en cada expresión o con cada verbo. Así, en español decimos “desde mi punto de vista” y no utilizamos la construcción “a” (preposición) + infinitivo, porque se considera un galicismo erróneo en nuestro idioma. En su lugar, debemos emplear una oración subordinada (“los objetivos que se deben tener en cuenta”).
Hablando de preposiciones, otro error muy común en español es el dequeísmo, que consiste en abusar de la preposición “de”, en frases como: “*No me dijo de que venías” o “*Resulta de que ya era tarde”. De todos modos, debemos tener cuidado, porque no sólo se puede pecar por exceso sino también por defecto. Si en nuestro afán de evitar este error intentamos omitir las preposiciones, nos podemos encontrar con oraciones como: “*Estaba seguro que vendrías” o “*Me olvidé comprar pan”.
Por último, pero no menos importante, queremos hacer un hueco a los confusos “deber” y “deber de”. El primero tiene sentido de obligación y se puede sustituir por “tener que”, mientras que el segundo aporta un matiz hipotético.
-Debo marcharme antes de las siete. ¿Sabes qué hora es?
-Pues no, pero ya deben de ser las seis y media.
Podríamos hacer un artículo mucho más largo detallando todos y cada uno de los errores que encontramos en nuestro día a día, comentando a qué se deben y explicando cómo solucionarlos. No obstante, esperamos que esta breve lista os haya resultado útil e interesante y que os ayude a mejorar vuestra redacción.
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