¿Alguna vez escucharon hablar sobre la sostenibilidad en la moda? Si no lo hicieron, les contamos que este movimiento cobró fuerza hace poco más de una década y está íntimamente ligado al consumo responsable, al cuidado del medio ambiente y, en definitiva, al cuidado de nosotros mismos. No es casualidad: la industria de la moda figura entre las que más contamina en el planeta y genera toneladas de residuos textiles cada año; por eso surgió la necesidad de repensar cómo producimos, usamos y desechamos nuestra ropa, buscando un impacto positivo.
Así que, si les intriga saber cómo funciona este modelo que busca reducir el impacto ambiental y social de nuestras prendas a lo largo de toda su cadena de valor, y cómo transformar nuestros hábitos de compra para vestirnos de manera más consciente, sigan leyendo: en las próximas líneas van a conocer de cerca todo sobre qué es la moda sustentable y por qué podría convertirse en la clave para vestirnos mejor sin comprometer al planeta. ¿Listos?
¿Qué es la moda sustentable?
Bueno, para empezar a hablar de la moda sustentable es importante que todos estemos bajo el mismo lenguaje y misma base. Cuando se escucha sobre este término, se está hablando sobre un enfoque que considera el impacto ambiental, social y ético de la ropa a lo largo de toda su cadena de valor, desde la obtención de materias primas hasta su fin de vida. Busca diseñar, producir, consumir y gestionar la ropa de forma que se minimicen los daños al planeta y a las personas, promoviendo prácticas justas y responsables. A diferencia del modelo tradicional “tomar-hacer-desechar” del fast fashion, que a veces ignora las consecuencias negativas, la moda sustentable apuesta por materiales eco-amigables, procesos de fabricación transparentes y éticos, y estrategias que fomenten el consumo consciente y la durabilidad de las prendas.
De todas maneras, las raíces son anteriores: movimientos de reutilización, upcycling y slow fashion, defendidos por diseñadoras como Katharine Hamnett o la activista Lynda Grose en los 90, ya cuestionaban la producción masiva, el desgaste acelerado de la ropa y las prácticas industriales insostenibles, abogando por la calidad, la durabilidad y un consumo más reflexivo.

Muchos se preguntarán cómo surge y cómo es que las industrias optan por este tipo de filosofía. La realidad es que llegó como una respuesta necesaria a los graves problemas ambientales y sociales generados por la industria convencional, especialmente el fast fashion: la contaminación del agua y el aire, el uso excesivo de recursos, la generación masiva de residuos textiles y las precarias condiciones laborales en muchas fábricas.
Es un movimiento impulsado tanto por la creciente conciencia de los consumidores y activistas como por algunas empresas que reconocen la urgencia de cambiar hacia modelos más responsables y resilientes.
Hoy, la moda circular se alimenta de la innovación tecnológica (fibras recicladas, tintas no tóxicas, trazabilidad blockchain) y de nuevos modelos de negocio (plataformas de segunda mano, servicios de suscripción). Marcas emergentes y gigantes del retail experimentan con colecciones reciclables, mientras regulaciones europeas y exigencias de consumidores conscientes presionan para que la circularidad deje de ser una opción y se convierta en la norma.
Características de la sostenibilidad en la moda
Antes de etiquetar una prenda, marca o servicio como “sustentable” o “responsable”, es fundamental comprobar si es verdad que cumple con las características y requisitos que definen este enfoque y no se queda en simples declaraciones de marketing o "greenwashing".

A continuación vamos a dejarles una breve checklist que resume, de forma directa, los requisitos que sí encajan dentro de la moda sustentable y las prácticas que la contradicen.
Lo que SI es moda sustentable:
Diseño pensado para la durabilidad, la reparabilidad y, al final de su vida útil, la reciclabilidad o compostabilidad. Prioriza calidad y atemporalidad sobre tendencias.
Uso prioritario de materiales de bajo impacto ambiental (orgánicos, reciclados, regenerados, origen vegetal/mineral), libres de químicos tóxicos, con trazabilidad clara y obtenidos de forma ética (respetando tierras, comunidades y derechos laborales).
Procesos de fabricación que minimizan el consumo de agua, energía y químicos, reducen residuos y emisiones contaminantes. Garantía de condiciones laborales justas, salarios dignos y seguridad para los trabajadores. Transparencia en los procesos.
Impulso a la reparación, reventa, alquiler, upcycling, intercambio. Fomentar el consumo consciente y el cuidado de las prendas por parte del consumidor. Producción bajo demanda para evitar sobre-stock.
Programas de take-back que aseguren una gestión responsable (reutilización, reciclaje, donación) o programas de compostaje para fibras naturales. Comunicación transparente y verificable sobre el impacto ambiental y social.
Lo que NO es moda sustentable:
Modelos basados en volumen, precios muy bajos, sobreproducción constante y ciclos de tendencia ultrarrápidos, que promueven el descarte rápido de la ropa.
Uso masivo de materiales sintéticos derivados del petróleo, mezclas de fibras difíciles de reciclar (especialmente sintético-natural). Uso de químicos tóxicos, colorantes dañinos, o prácticas que generan microplásticos sin control.
Declaraciones ambientales o sociales vagas, sin datos verificables ni certificaciones creíbles. Ocultar la cadena de suministro, las condiciones de producción o el origen de los materiales. Programas de "reciclaje" que en realidad incineran o envían a vertederos.
Destrucción de stock (quema, trituración) como práctica habitual para mantener la exclusividad o el precio. Descarte masivo de lo no vendido o devoluciones. Generación excesiva de residuos en producción.
Ignorar o permitir condiciones de trabajo inseguras, salarios de pobreza, trabajo infantil o forzado en cualquier parte de la cadena de producción, incluso en proveedores externos.
¿Se va entendiendo que significa realmente la ropa sustentable y cómo identificarla?
Ejemplos de moda y sustentabilidad en Argentina
Para que la moda sustentable deje de ser un concepto abstracto y se vuelva algo tangible, nada mejor que observar lo que ya sucede dentro de nuestras fronteras. En Argentina, existen varios emprendimientos de industria local que demuestran prácticas de moda sustentable, incluyendo la circularidad y upcycling.

Algunos de los ejemplos pueden ser:
♻️ CHAD
Con sede en Buenos Aires, CHAD rescata retazos descartados por la industria y los transforma en prendas de edición limitada mediante moldería zero-waste y corte láser que optimiza cada centímetro de tela. Produce a pedido para evitar sobrestock, repara sin costo durante el primer año y, cuando una pieza ya no puede usarse, la recibe de vuelta para desarmarla y reincorporar el textil a nuevas colecciones o a relleno de accesorios.
📲 Para quienes quieren conocer más de esta marca:
♻️ VALTICA.BA
Especializada en cuero curtido 100 % con extractos vegetales, VALTICA.BA elimina los cromos y metales pesados propios del curtido convencional, reduciendo significativamente la contaminación del agua. El teñido se realiza con corteza de árboles nativos (sin colorantes sintéticos) y los efluentes resultan inocuos. El proceso artesanal es lento y complejo, pero da como resultado un material extremadamente resistente al desgaste y virtualmente “inmune” al paso del tiempo, lo que fomenta el consumo de larga duración y reduce la necesidad de reemplazo frecuente.
📲 Para quienes quieren conocer más de esta marca:
♻️ Studio Prati
Este taller rosarino parte de prendas sastreras vintage o de deadstock que, mediante upcycling de diseño, se convierten en piezas reversibles y modulables (mangas desmontables, largos ajustables), ofreciendo versatilidad y extendiendo la vida útil. Emplean forrería recuperada de tapicerías en desuso y todas las etiquetas se imprimen en algodón reciclado con tintas al agua de bajo impacto. A fin de vida útil, la marca recompra cada prenda para reintroducirla en su línea “Re-Prati”, cerrando el ciclo de materiales.
📲 Para quienes quieren conocer más de esta marca:
♻️ Limay Denim
Desde Neuquén, Limay incorpora acciones concretas para minimizar su impacto ambiental y social:
- Retira durante meses las bolsas plásticas recibidas y las deriva a cooperativas que las convierten en insumos nuevos, apoyando la gestión de residuos y la economía social.
- Sus tags colgantes son de cartón reciclado y compostable; el packaging, de almidón de maíz sin plástico, reduciendo el uso de materiales vírgenes y la generación de residuos plásticos.
- Procesa el 90 % de sus residuos textiles: desarrolla producto propio con ellos (upcycling), los dona a cooperativas para cestería o relleno y a proyectos artísticos, minimizando el desperdicio.
- Toda la cadena —algodón, tejido, confección y lavado— es local, lo que reduce la huella de transporte y apoya la economía regional.
- Los botones metálicos están libres de níquel y plomo (menos químicos dañinos); apenas el 10 % de la colección incluye fibras sintéticas o importadas, priorizando materiales de menor impacto y origen conocido.
📲 Para quienes quieren conocer más de esta marca:
♻️ Le Utthe
Marca cordobesa de básicos atemporales confeccionados en algodón orgánico certificado y Tencel (fibra de eucalipto proveniente de bosques gestionados de forma responsable), eligiendo materiales con menor impacto. Ofrece alquiler de cápsulas (5-10 prendas) para eventos o temporadas (modelo de negocio alternativo), servicio de reparación permanente (extensión de vida útil) y un programa de recompra de remeras usadas que luego se deshilachan para hilar nuevos tejidos (circularidad textil).
📲 Para quienes quieren conocer más de esta marca:
♻️ Fracking Design
Confecciona mochilas, ropa y accesorios a partir de caucho de la industria petrolera, lonas publicitarias y airbags fuera de uso (upcycling de residuos industriales). Cada pieza está numerada (transparencia) y el sitio web muestra el peso de residuo rescatado (comunicación del impacto positivo). Además, emplean costura reforzada para garantizar larga vida útil y ofrecen reemplazo de partes dañadas, fomentando la durabilidad y reduciendo el descarte.
📲 Para quienes quieren conocer más de esta marca:
♻️ Animaná
Trabaja con comunidades de la Puna y la Patagonia (impacto social y económico positivo en comunidades vulnerables) para obtener fibras de llama, alpaca y vicuña, hiladas en telar tradicional (técnicas ancestrales, menor impacto energético). Sus tintes son vegetales (menos químicos) y las prendas, atemporales (durabilidad). Poseen un programa de recompra de abrigos usados: los reacondicionan y los venden en su sección “Second Life” (reutilización, circularidad), destinando parte de la ganancia a becas de capacitación textil para artesanas (impacto social).
📲 Para quienes quieren conocer más de esta marca:
Estos proyectos prueban que la moda sustentable ya está sucediendo en Argentina: cada marca aborda el desafío desde su materialidad y escala, pero todas comparten la meta de reducir el impacto ambiental y social, prolongar la vida útil de las prendas, minimizar y gestionar los residuos y crear un vínculo más consciente y responsable entre quienes visten y lo que visten.


















