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«Una pareja no envejece mientras continúe compartiendo placeres pueriles». - Grégoire Lacroix, escritor, periodista y poeta francés
La práctica del yoga se ha extendido de manera progresiva en España, experimentando un gran auge en los últimos años. Entre los saludos al sol, los ejercicios de respiración, el fortalecimiento muscular o incluso la plena conciencia, en los ejercicios de yoga se trabaja una parte de nuestro interior. Sin embargo, se sigue tratando de una actividad física y, a veces, es difícil encontrar la motivación para ir a clases de yoga. A veces, ser dos puede ser la mejor manera de concentrarse y ser efectivo.
Según Soluna, centros especializados en Yoga y Pilates, un 12 % de la población practican yoga en España. Aunque se haya reservado durante mucho tiempo para un público femenino mayor, la disciplina cada vez atrae a más personas. De hecho, en la actualidad, el 30 % de los yoguis son hombres en comparación con el 10 % que lo practicaban hace diez años. Esta es una manera perfecta para decir que el yoga está abierto a todos, independientemente de cuál sea nuestro nivel.
Por lo tanto, ¿por qué no practicar yoga en pareja? Yoga nidra, yoga dinámico, yoga prenatal, yoga iyengar, karma yoga, hay muchísimas modalidades. Escoge una y practica de manera regular para que sea efectivo.
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¿Por qué practicar yoga en pareja?

La búsqueda de la paz interior no es incompatible con la práctica regular del yoga en pareja. De hecho, las posturas de yoga, cuando se realizan en pareja, suelen costar menos trabajo por la sencilla razón de que existe una emulación, que también se puede encontrar en las clases grupales. Los estiramientos, los saludos al sol o la meditación requieren un trabajo conjunto de todas las partes del cuerpo y de la mente. No te olvides de que el yoga, aunque se practique en pareja, sigue siendo un deporte.
Aunque a menudo afirmemos eso de que no es necesario hacer deporte en pareja, el yoga es precisamente una disciplina que combina cuerpo, mente y espíritu, y donde se pueden estrechar lazos entre la pareja, que se anima mutuamente y que se ayuda cuando las posturas de yoga no resultan tan fáciles. En resumen, se trata de una forma de yoga que también parece más fácil por la sencilla razón de que estamos con nuestra alma gemela.
Entre las razones más importantes por las que practicar yoga en pareja es una buena idea, encontramos:
- Desarrollar la confianza mutua en posturas de pareja
- Aprender a conocer mejor a tu pareja
- Dejar a un lado el pudor al ver la imagen de tu pareja enfrente
- Disfrutar de los beneficios del yoga juntos
- Abrirle la puerta a tu pareja para practicar una bella disciplina
- Poder aprender nuevos ejercicios, solo factible para dos
- Sentirse apoyado en la práctica de los ejercicios
- Compartir una actividad juntos, fuera de la casa
- Conocer gente nueva
- Y muchos más
Con o sin profe de yoga, la idea principal con la que nos tenemos que quedar es la de poder disfrutar juntos de los beneficios del yoga y las asanas, sin tener que estar compitiendo con nadie. Porque cuando hacemos yoga en pareja, queremos compartir un deporte y una actividad espiritual con nuestra pareja, lo que incluye el ejercicio físico, la conexión, la gestión del estrés, la no violencia, alinearse perfectamente, etc. ¡Un trabajo en pareja al fin y al cabo!
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Ayudarse mutuamente en los ejercicios de yoga en pareja

Si hay una cuestión que debemos tener en cuenta a la hora de practicar yoga en pareja es la simplicidad acentuada para realizar las posturas, desde las más sencillas hasta las más complicadas. Dentro del yoga tradicional, el yoga kundalini, el yoga integral o el yoga en línea, será más fácil ganar confianza en uno mismo a través de una práctica común. Pranayama, práctica meditativa y torsión: ¡todo será más accesible para dos! ¡Menos problemas de columna y más amor!
Por lo tanto, practicar yoga en pareja puede ser una herramienta indispensable para avanzar más en las posturas, mientras se tiene la impresión de compartir una experiencia real con tu otra «mitad». Para los glúteos, las caderas, la columna vertebral o el dolor de espalda, el yoga nos invita a practicarlo en pareja, ya que es un verdadero trampolín para mejorar y avanzar en pareja. Avanzar juntos siempre puede resultar más beneficioso para los dos miembros de la pareja.
Cuando los miembros de la pareja no tienen la misma flexibilidad o el nivel de uno no es tan avanzado como para el otro, el yoga servirá para nivelar todo, con respecto a aquellas posturas donde la progresión es simple, donde la ayuda mutua siempre está ahí. Si en uno de los ejercicios, uno avanza más, no pasa nada, lo importante es hacerlo juntos.
¿Esto también es un valor fundamental del yoga? Sí, aportarse la fuerza mutua para avanzar en el logro de los objetivos y para descubrir juntos nuevos retos, como si la disciplina estuviera hecha para vosotros. Porque practicar yoga también significa saber medir la interioridad de uno mismo y del otro, a la luz de posturas más físicas.
Yoga en pareja: hacer posturas en pareja

Ser un pequeño yogui real también implica saber cómo adaptar las posturas a tu pareja, así como descubrir nuevas posturas que solo se pueden hacer con dos personas. Algunas serán más complicadas, requerirán más flexibilidad, desarrollarán más glúteos que otras, pero los ejercicios en pareja ofrecen la ventaja de hacer yoga de manera diferente, desde una perspectiva simple, efectiva y siempre basada en compartir.
Ni nada ni nadie puede intervenir en una secuencia que, aunque a veces parezca imposible de hacer por uno sol@, se convierte en una verdadera fuerza motriz que practiquen los dos miembros de pareja. Asimismo, sirve para construir la relación de pareja sobre ciertos valores deportivos: el pensamiento positivo, la atención plena, o la ayuda mutua física, psíquica y espiritual. ¿Qué hay mejor que relajarse con tu pareja en una sesión de yoga?
Por lo tanto, aunque se trate de la postura de la vela, o incluso de otras más complejas, siempre se podrán transformar en posturas en pareja, que, además de ser hermosas a la vista, a menudo suelen ser incluso más efectivas a nivel de desarrollo muscular y de confianza en un@ mism@, por la sencilla razón de que, como lo indica la imagen, los portés entran en juego en las posturas de pareja.
De este modo, con tan solo unas clases, será posible mejorar considerablemente, mostrando una práctica de yoga que podría estar más relacionada con los ejercicios en pareja que con una práctica individual de desarrollo personal. Sin embargo, aquí tenemos acceso a otra forma de pensamiento interno, que tendrá todo su significado en contacto con el otro miembro, la pareja, el amor.
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Yoga en pareja: estrechar lazos de la pareja

Independientemente de que se utilicen posturas de yoga basadas en portés o sencillos ejercicios de respiración, una clase de yoga en pareja siempre es una buena idea para hacer que la relación cobre más vida, sea más estable y más lúdica. De hecho, esto contribuirá a tener una imagen más deportiva de la pareja, pero también a tener una imagen más centrada en el desarrollo personal y el pensamiento positivo interno.
Practicar una actividad deportiva en pareja permite sellar la relación de pareja al máximo nivel. No obstante, practicar un deporte y una actividad espiritual juntos implica pensar en tu pareja como un dúo fuerte, lleno de confianza, armonía y pensamiento positivo. Una verdadera invitación a la práctica común que, sin contraindicaciones, permite avanzar de forma diferente a como si estuviéramos solos.
Ante todo, la pareja se basa en la complementariedad y, en el contexto del yoga, esta complementariedad encaja perfectamente y se corresponde con los valores defendidos por la disciplina y los yoguis: apoyo, confianza mutua, secuencia de posturas fluidas, coronadas con ejercicios de meditación, atención plena y respiración, ¿qué más se puede pedir?
Por lo tanto, el yoga es una disciplina rica cuando se practica solo, pero puede ser aún más cuando se practica en pareja. Una visión mucho más complementaria del esfuerzo físico y espiritual, pero también una nueva mirada sobre la práctica en sí misma, las nuevas habilidades adquiridas, sobre todo cuando se trata de hacer saludos al sol, la vela en pareja o la cobra. ¡La belleza del yoga!
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