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Monotributistas, autónomos, trabajadores en relación de dependencia y trabajadores que operan por fuera del sistema formal: contar con información acerca de el monotributo y sus características es fundamental. Hoy más que nunca, en nuestro país se vuelve cada vez más necesario contar con información -económica, financiera y tributaria- más allá de la situación actual en la que te encuentres. ¿Qué quiere decir esto? que en un contexto como el de Argentina, donde las crisis son lo más estable de la economía, y la incertidumbre, una constante, debemos estar preparados, no solo para hacer frente al presente de la manera más conveniente, sino también estar preparados para encarar el futuro o los cambios de forma inteligente, rápida y segura. Y para esto en necesario contar con información certera.

A continuación te informaremos acerca de algunos aspectos fundamentales del monotributo: ¿qué es el monotributo? ¿cuánto sale ser monotributista? ¡Seguí leyendo para responder a esta y muchas más preguntas!
Acerca del monotributo
El monotributo es un impuesto simplificado para los pequeños contribuyentes, que a diferencia de otros impuestos, se paga mediante una cuota mensual fija que incluye los aportes a una obra social y a una futura jubilación, así como el tributo al estado.
Este régimen fué creado en el año 1998 por la Administración Federal De Ingresos Públicos (AFIP), con el objetivo principal de incluir a los trabajadores independientes de bajos ingresos o pequeños contribuyentes, dentro de la economía formal. De esta forma, con la implementación del monotributo, los trabajadores podrían facturar sus ingresos, destinar aportes a una obra social y a la futura jubilación, así como abonar el impuesto correspondiente al estado, a través de un sólo pago mensual unificado.

Debido a que hasta antes del año 1998 la única categoría existente para este grupo de trabajadores era la de Autónomos -a la que algunos no podían acceder por los altos valores de la misma- muchos quedaban operando en la clandestinidad sin poder tener acceso a beneficios como la obra social y los aportes para la futura jubilación. El monotributo vino a incorporar a miles de trabajadores independientes dentro de la economía formal, permitiéndoles el acceso a estos beneficios de los que antes carecían, así como introduciendo el pago del impuestos de sus actividades laborales: todo dentro de un pago unificado por mes.
Categorías del monotributo
Las categorías del monotributo están distribuidas en función del monto que un trabajador gana por año. El pequeño contribuyente se adherirá a la categoría que le corresponda según los ingresos que estima que tendrá a lo largo de los 12 meses del año. La categoría marca el importe de la cuota que el contribuyente deberá realizar al estado de forma mensual.

En la actualidad hay 11 categorías de monotributo que van desde la A hasta la K, siendo la A la categoría más baja (la de menores ingresos, y por lo tanto menor valor de la cuota mensual a abonar) y la K la más alta (de ingresos más altos y valor más alto de la cuota mensual). Estos valores se actualizan todos los años.
Aparte de los ingresos brutos obtenidos de la facturación anual, también se deben tener en cuenta otros criterios para definir la categoría de inscripción correspondiente, como la superficie física afectada a la actividad que se desempeña, el consumo de energía eléctrica, el monto de los alquileres devengados, el precio unitario de la mercadería vendida.
¿A que categoría debo inscribirme?
Según este régimen, el trabajador debe inscribirse en aquella categoría cuyo valor se ajusta al monto de facturación anual estimado por año (junto con los otros criterios antes mencionados). Cada 6 meses tiene la posibilidad de una recategorización, es decir, de subir o bajar de categoría, si es que sus ingresos son mayores o menores de los que había estimado.
En la actualidad los montos de facturación por prestaciones de servicio van desde los $466.201,59 en la categoría A, hasta los $3.276.011,15 en la categoría H.
Por venta de bienes muebles, los valores fluctúan desde los $466.201,59 en la categoría A hasta los $4.662.015,87 en la categoría K.
Esto quiere decir que el contribuyente monotributista no podrá prestar servicios ni vender bienes muebles por una facturación anual superior al monto máximo establecido por la categoría en la que se encuentra inscripto. Si llegara a superar esos ingresos, quedaría excluido del monotributo para pasar a pertenecer al régimen de autónomo cuya cuota mensual tiene un valor mucho más alto que el de la máxima categoría del monotributo.
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