Índice
- 01. La tortilla de patatas
- 02. El gazpacho
- 03. La paella
- 04. El cocido madrileño
- 05. Las migas
- 06. Los churros
- 07. El pulpo a la gallega
- 08. La fabada asturiana
- 09. El cordero asado
- 10. El jamón
La gastronomía española tiene fama mundial y algunos de sus platos típicos son tan populares que estar en España significa también sentarse a probarlos.
España tiene una gastronomía extensa, variada y sobre todo: ¡muy sabrosa! Por ello en Superprof te proponemos que realices un tour a través de las recetas que únicamente encontrarás en nuestra tierra. Se trata de platos que han ido pasando de generación en generación creando un legado inigualable. Porque, al fin y al cabo, tenemos un país para comérselo.
La tortilla de patatas
Puede considerarse el plato típico español por excelencia y encontrarás dos bandos enfrentados entre quienes defienden que la auténtica se hace sin cebolla y los que aseguran que este ingrediente es fundamental para una buena tortilla. Sin entrar en polémicas, lo que seguro que lleva es huevos y patatas. Existen muchos bares en España cuyo plato estrella es precisamente este.
Se dice que el primer documento conocido que se refiere con exactitud a la tortilla de patatas proviene de 1817, y es de origen navarro. Sin embargo, mucho antes, las crónicas indias documentan que entorno al 1519 ya se conocía la tortilla de huevo en América y en Europa.
Pero la teoría más reciente sobre su origen, que figura en La patata en España. Historia y Agroecología del Tubérculo Andino, de Javier López de Linaje, sitúa su origen en Villanueva de la Serena (Extremadura) en el siglo XVIII y atribuye la autoría a Joseph de Tenga Godoy y marqués de Robledo.

Sea como fuese, lo cierto es que actualmente es uno de los platos que todos los españoles llevan en sus genes y puede degustarse en cualquiera de las ciudades del país, desde Sevilla a Barcelona o La Coruña. Es conocida, por ejemplo la versión «desfragmentada» de esta receta que lanzó el cocinero de renombre internacional: Ferrán Adrià.
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El gazpacho
Es inimaginable un pasar un verano y sus elevadas temperaturas al sur de España sin contar con la ayuda que proporciona un buen gazpacho bien frío. Esta receta cuyos principales ingredientes son el tomate, el pepino, la cebolla, el aceite de oliva, el ajo y un poco de pan, resulta indispensable en los días de calor más intenso y se puede describir como una sopa fría. Suele presentarse acompañado de pequeños trozos de pan frito, pepino o pimiento rojo.
La costumbre de refrescarse con bebidas majadas (machacadas) se remonta al siglo I. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando aparecen los primeros documentos que incluyan el tomate como ingrediente a esa sopa.
En Andalucía también existe una receta similar conocida como salmorejo, más consistente que el gazpacho, pero igual de sabroso. Tradicionalmente siempre se ha asimilado el origen del gazpacho a Andalucía y, aunque no se sabe con exactitud de dónde procede, es uno de los platos más tradicionales y podrás encontrarlo en toda España.
La paella
La palabra paella en su origen designaba a la sartén y, a pesar de sus muchas variaciones, hay un ingrediente que está siempre presente: el arroz.
Se dice que la tradicional paella valenciana era una mezcla de arroz con aquellos alimentos que tenían a mano los labradores: pollo, conejo y hortalizas típicas de Valencia como el garrofón o la tabella.

La paella se ha convertido en uno de los iconos de la gastronomía española. Su popularidad creció tanto a lo largo del siglo XX a nivel internacional que hoy en día es un plato que puede encontrarse en los restaurantes de occidente.
Esta popularidad ha hecho que la paella haya ido sufriendo transformaciones desde la receta original de la paella valenciana (de pollo, pato, conejo y caracoles) y hayan aparecido variantes que se resumen en: paella marinera, elaborada con una combinación de pescado y/o marisco; la paella mixta en ocasiones también denominada mar y montaña, que consiste en una mezcla de carne y marisco (o pescado), y la paella de montaña, que incorpora distintos productos típicos de cada región tales como costilla, conejo, pollo, butifarra o setas.
Nada como saborearla recién hecha en una terraza a orillas del mar Mediterráneo.
El cocido madrileño
Valga este popular plato como representante de los sabrosos cocidos que aporta la gastronomía española: castellano, maragato, lebaniego, montañés, gallego, escudella catalana i Carn d’ Olla, puchero andaluz, olla podrida y cocido con pelotas murciano. La versión con más seguidores sobre el origen del cocido madrileño es que se trata de una evolución de la Olla Podrida Manchega.
Este plato se menciona con frecuencia en la literatura del Siglo de Oro como, por ejemplo, en El Quijote. A finales del siglo XVII se le empezó a llamar cocido madrileño.
Es uno de los platos más completos de la cocina mediterránea, en el que se mezclan un sinfín de ingredientes para hacer frente al invierno: garbanzos, carne gelatinosa, media gallina, chorizo, morcilla, un pie salado de cerdo, una pelota (de carne picada, miga de pan, 1 huevo y especias), una col, cebolla, repollo, judías verdes, arroz, tocino, jamón, aceite y ajo.
Con casi tres horas de preparación, el resultado es un potente puchero muy gustoso, del que podrás jactarte cuando lleguen tus invitados.
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Las migas
Las migas tienen su origen en un día de lluvia en el que una familia se dejó la barra de pan fuera y esta, hecha añicos, era lo único que podían comer. De ahí que se llamen migas (por las migas de pan esparcidas por el suelo) y de ahí que sea una costumbre comerlo en los días de lluvia.

Es una preparación culinaria que ha venido siendo habitual de las gentes que se dedican a la trashumancia española, elaborada principalmente con pedazos de la miga de pan tostado acompañadas de carnes y verduras picadas. Existen variantes populares que se preparan con harina de trigo: las denominadas migas de harina, típicas del sureste español.
Antaño eran parte de la alimentación cotidiana (generalmente servidas como desayuno), pero poco a poco se han ido transformando en un plato de frecuencia semanal. Su uso ha pasado desde una elaboración fundamentalmente pastoril a plato de tasca y fonda. Desde finales del siglo XX es frecuentemente elaborado y servido como una pequeña tapa en los bares, perdiendo su entorno típicamente rural.
Se sirven calientes por regla general, pudiendo ser un plato o un acompañamiento. Se suelen acompañar de un vaso de vino.
Los churros
Es popular tomarlos para desayunar o para merendar y, por supuesto, acompañados de un chocolate caliente o espolvoreados con azúcar glas.
Se desconoce el origen de los churros. Una teoría dice que fueron traídos a Europa por los portugueses desde China. Otra teoría es que los churros fueron inventados por pastores españoles para sustituir pastelerías frescas. La masa de los churros fue fácil de producir y freír en un fuego abierto en las montañas, donde los pastores vivían la mayor parte del tiempo.
El pulpo a la gallega
El pulpo a la gallega (en gallego polbo á feira) es un plato tradicional de Galicia y básico en su gastronomía, aunque su consumo se ha generalizado por toda España. Se trata de un plato festivo elaborado con pulpo que está presente en las fiestas, ferias y romerías de Galicia, El Bierzo (León) y Sanabria (Zamora), de ahí su nombre á feira.
Se elabora con pulpo entero, limpio de vísceras, cociéndolo en ollas de cobre (no siempre, pero es lo tradicional).

Para servirlo se hace sobre tabla de madera, se rocía con aceite de oliva virgen extra, se espolvorea pimentón dulce, aunque también en algunos casos se mezcla con pimentón picante y sal gorda. A la hora de acompañarlo son típicos los cachelos y a veces también se acompaña de ajo.
La fabada asturiana
Es el plato típico de Asturias (el plato regional más conocido de la región asturiana), pero su difusión es tan grande en la península ibérica que forma parte de la gastronomía de España más reconocida. Es un plato invernal con un volumen alto en calorías y grasa.
Probablemente la fabada debió consumirse en Asturias desde el siglo XVI pero no se encuentran referencias escritas de ella hasta el siglo XIX, en distintas notas de prensa de un diario gijonés en el que se la menciona como un plato popular asturiano.
Este plato tradicional se elabora con fabes, chorizo, morcilla asturiana (con un ligero sabor ahumado) y cerdo (tocino, principalmente de la zona de la papada). A esta última combinación de ingredientes cárnicos se le llama el compango. A la manera tradicional es un plato de preparación lenta y entre las reglas para comer una buena fabada figura que en ningún caso deben aparecer fabes rotas o deshechas en puré (por eso durante la elaboración nunca se deben remover con la cuchara). Se presta a muchas variantes y a ingredientes añadidos, pero los puristas del plato evitan añadir laurel, ajo y carnes que no sean de cerdo.
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El cordero asado
Típico de la gastronomía de Castilla y León, lo tradicional es asar un cordero lechal en un horno de leña troceado en una cazuela de barro. El tono acaramelado que obtiene hace que esté para comérselo.
En algunos lugares de Castilla y León se sustituye al cordero por el cochinillo y se cocina de la misma manera. Ambos son toda una institución de la gastronomía de esta zona.
El jamón
Acompañado de un buen vino tinto, es una de las delicias por las que muchos extranjeros visitan España. La pata trasera del cerdo es nuestro producto más apreciado y su proceso de elaboración, que comienza con el pasto de bellota, es todo un arte.
En España existen dos tipos de jamones: el ibérico y el serrano, siendo el primero el que proviene del cerdo ibérico y el segundo de alguna variedad de cerdo blanco.

Es una carne rica en proteínas, puesto que el proceso de curación hace que la proporción de proteínas aumente y la de grasas se reduzca, convirtiéndolo en un producto con propiedades nutricionales. También es fuente de ácidos grasos instaurados similares al aceite de oliva; así como de vitaminas B1 y B6, fósforo, potasio y zinc.
¿Te extraña entonces que la gastronomía española haya influido tanto en todo el mundo?
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