¿Las matemáticas no son lo tuyo? ¡Déjame demostrarte lo contrario! Olvídate de la matemática aburrida. ¡Aprende de forma fácil y diferente! Nuevas generaciones, nuevos métodos de aprendizaje!

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• ¿Cómo es que decidiste ser profe? ¿Recuerdas el momento que te motivó a hacerlo?

  Empecé a dar clases de matemáticas en mi segundo semestre de la licenciatura. Fue una experiencia que me marcó, porque mis estudiantes me decían que por fin habían entendido matemáticas gracias a mis explicaciones. Escuchar eso me hizo sentir que podía hacer una diferencia real, y me encantó ser parte de ese proceso. Mi carrera fue definitivamente mi principal motivación, ya que me permitió descubrir lo mucho que disfruto enseñar y acompañar a otros en su aprendizaje.

• ¿Tienes algún modelo a seguir en tu profesión o en tu vida en general?

  No tengo un modelo a seguir en específico, pero sí tengo muy claro lo que no quiero ser: una profesora tradicional que hace que los estudiantes terminen odiando las matemáticas. Para mí, las matemáticas son algo hermoso, y lo que más me motiva es transmitir esa belleza. Me gusta que mis estudiantes razonen, que encuentren su propio camino para resolver un problema, porque al final, no importa qué método uses, siempre llegarás al mismo resultado. Mi objetivo es ser una maestra diferente, que inspire curiosidad y disfrute en lugar de miedo o rechazo.

• ¿Qué crees que tu profesión/materia aporta a la sociedad?

  Creo que las matemáticas son fundamentales porque están presentes en todos los aspectos de la vida cotidiana, desde algo tan simple como ir a una tienda hasta administrar una empresa. No se trata solo de fórmulas, sino de desarrollar un pensamiento lógico que nos ayude a resolver problemas y tomar decisiones. Las matemáticas enseñan a razonar, a analizar y a entender el mundo de una manera más clara, por eso considero que aportan muchísimo a la sociedad.

• ¿Puedes contarnos alguna anécdota que recuerdes con cariño sobre tus años escolares o sobre alguna de tus clases?

  Una vez, una colega me pidió el favor que la reemplazara en una de sus clases. Cuando llegué al salón, los estudiantes apenas me prestaron atención; muchos se recostaron sobre sus escritorios, sin ganas de participar. No les dije nada, simplemente empecé a dar la clase con normalidad. Poco a poco, noté que los que al principio estaban desinteresados comenzaron a levantar la cabeza, a mirarme con atención, y a seguir el contenido. Al final de la clase, varios se me acercaron y me dijeron que era la primera vez que entendían matemáticas. Fue un momento muy especial para mí, porque sentí que había logrado despertar su curiosidad y demostrarles que las matemáticas no tienen por qué ser aburridas ni difíciles. Me sentí muy orgullosa.

• ¿Qué es lo que te hace sobresalir como profe?

  Algo que muchas personas destacan en mis clases, especialmente en Super prof, es mi paciencia. Creo que es fundamental crear un espacio en el que los estudiantes se sientan cómodos para equivocarse, sin miedo ni culpa, incluso si no saben algo que consideran muy básico. Para mí, aprender es un proceso, y cada quien tiene su ritmo. Me esfuerzo en que mis estudiantes sientan confianza, porque solo así se animan a preguntar, a explorar y, sobre todo, a disfrutar el aprendizaje.

• ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse a la enseñanza?

  Mi consejo es que comprendan que saber mucho sobre un tema no es lo mismo que saber enseñarlo. La verdadera tarea de un profesor no está solo en dominar el contenido, sino en encontrar la manera adecuada de transmitirlo a cada estudiante. El reto más grande es descubrir cómo aprende cada persona y adaptar tu forma de enseñar para conectar con ellos. No todos aprendemos igual, y como docentes, debemos ser creativos, empáticos y flexibles para lograr que el aprendizaje realmente suceda.